Enfrentar el crimen no es solo un asunto policial o judicial; su efectividad pivota centralmente en la voluntad y las decisiones políticas. Sin un compromiso político firme, cualquier esfuerzo técnico o social se diluye. Acá algunos ejes que necesitan estrategia política y no solo medidas técnicas.
Si se piensa en reformar la policía se debe reconocer su capital político interno y externo. ¿Cómo se va a trabajar para dialogar con la institución? ¿Cómo se va a sumar a la sociedad civil? ¿Qué incentivos y garantías para una transición justa, sin ceder ante intereses que obstruyan la probidad?
Lograr reformas legales efectivas en el parlamento requiere una estrategia basada en evidencia criminológica sólida, sin duda, pero es inevitable tener que dialogar con actores políticos animados por el populismo penal ¿Cómo se construirá consensos que prioricen la seguridad ciudadana sobre el rédito político cortoplacista?
Al interior del Ejecutivo, alinear ministerios implica una coordinación estratégica también, porque hay mandatos disímiles entre las entidades del Estado. ¿Cómo se trazan objetivos claros, métricas compartidas y reconocimiento de las interdependencias? La labor articulada con sectores como justicia, ambiente, defensa y relaciones exteriores en la lucha contra el crimen es clave.
La tensión entre poderes es inherente ¿Cómo se construirá la colaboración efectiva contra el crimen respetando la autonomía? ¿Cómo se trazarán objetivos comunes y la creación de mecanismos formales e informales de coordinación entre el Poder Judicial, el Ministerio Público y el Ejecutivo?
Un rubro no menor es enfrentar a políticos involucrados en el crimen, pues es claro que tienen capacidad de actuar para resistir e incidir en la desregulación de las competencias del sistema de seguridad y justicia. ¿Como se construirá el respaldo y alianzas con actores políticos íntegros y organizaciones de la sociedad civil comprometidas con la legalidad?
Los gobiernos subnacionales son indispensables para la efectividad de las medidas de seguridad a nivel local y regional ¿Cuál será la estrategia que ofrezca recursos, capacitación y autonomía a las autoridades locales y regionales? ¿Cómo se establecerán mecanismos de coordinación, supervisión y evaluación para asegurar la implementación coherente de las políticas nacionales?
Además, combatir el crimen transnacional exige una política exterior activa que fortalezca la cooperación judicial y policial internacional, promueva el intercambio de información y buenas prácticas, y participe en foros multilaterales para armonizar legislaciones y estrategias contra las amenazas globales.
Las propuestas técnicas en seguridad son cruciales, pero inertes sin voluntad política. Al evaluar candidatos, clave preguntar no solo el qué sus ideas, sino el cómo su estrategia política para superar resistencias e implementar esas soluciones. Y esas respuestas no la deben dar los técnicos, sino los políticos.

